jueves, 8 de noviembre de 2007

Mi credo III

Como me seguiría atrayendo lo fantástico! ese Poder que decían todos tenemos. Me fui abriendo a nuevas posibilidades. El método Silva de Control Mental…la mente y sus poderes maravillosos. La genialidad al alcance de la mano. Eso si, con disciplina, mucha disciplina, muchísima disciplina y lo ibas a conseguir. Conseguir que mas? Ah, detectar las enfermedades, ver el aura, leer el aura, las manos, el futuro. También estaba al alcance el desdoblamiento. Recuerdo como me esforzaba por "salir del cuerpo"…nada. Doblar cucharas era algo mas avanzado que requeriría mas disciplina aun. Uri Geller lo hacia y no solo eso, aparecieron otros. Aparecieron cursos para doblar cucharas con la fuerza mental. Algunos hasta lo lograron, eso decían... Después escuche lo de Energía. Que Dios era energía. Ahora era mas fácil ver a Dios en todos lados, por lo menos eso. Me di cuenta entonces que iba tomando esos conceptos como ciertos hasta que se demuestre lo contrario. Era como ir con paso vacilante colocando el pie en el próximo escalón-creencia. Cuando se verificaba, o la anterior no se sustentaba, entonces esa creencia se tomaba por cierta, la otra desechada. Dios iba cambiando. Pero no solo eso, era como que se iba desdoblando en dos conceptos. Había un Dios/Humano personal al que podía dirigir mis rezos, pero también comenzaba a aparecer un Dios/Energía impersonal que ni sabia de mi existencia. Empezaron a aparecer conceptos de lo Cósmico y sus leyes. Leyes que no tenían excepciones, valían para todos y todo. Eran leyes cósmicas y tan tajantes como si tiro una manzana hacia arriba esta de seguro iba a caer. Si, eran tan validas como la ley de gravedad pero aplicadas a todo. No había excepciones. Así, Dios había hecho mediante estas leyes un mecanismo que se auto mantenía. Que suerte! Seguro que para cada acción había una ley por la cual se esperaba la reacción perfectamente establecida por la ley. Recuerdo que esto de la automatización me calmaba un poco ya que mas de una vez tenia miedo de que Dios se cansara. Mas de una vez, sobre todo cuando apareció la expresión de mi sexualidad, El se transformaba en una especie de voyeur, al que yo no quería hacer intervenir en lo mas mínimo. Si no pensaba en El, no sabría que podría estar espiando. Pero de todas formas El era Bueno y sabia perdonar. Perdonar todo, claro que antes debías hacer penitencia o rezar varias oraciones. Pero no bastaba confesarlas al sacerdote, el representante oficial de Dios en la Tierra, había que arrepentirse, pero no arrepentirse así nomas, había que arrepentirse profundamente y con la promesa de no pecar mas. Tendría que luchar contra la carne y sus apetencias. Contra la masturbación y los malos pensamientos. Contra la ira, el rencor, la arrogancia, los deseos, la codicia, los siete pecados capitales, los pecados mortales y los veniales. Pero si te portabas más o menos, existía la opción del Purgatorio. Algo entre el Cielo y el Infierno pero mas tirando al cielo.

continuara...

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